miércoles, 5 de agosto de 2015
Ser hipersensible puede ser un don o una maldición. Echando la vista atrás, me doy cuenta de que he centrado mi vida mucho en las relaciones y los sentimientos hacia otras personas. En este mundo posmoderno que solo valora lo que es útil, se me ha tachado de demasiado pasional, de darle demasiada importancia a lo que, a su entender, "no tiene tanta". Pero, no tiene tanta, para quién? Y cuándo? De verdad os sentís con el derecho a juzgar lo que es importante para los demás? La gente que lo vive todo tan intensamente como yo, que somos tan hipersensibles a todo, somos las primeras víctimas de lo que nos sucede y sabemos las consecuencias pero, por lo que a mí respecta, racionalmente no puedo cambiar. Ya me gustaría que el trabajo, los estudios o rascarme la barriga no me atrajera tanto como sentir emociones por otras personas. Digamos que amar me ha traído por la calle de la felicidad y la calle de la amargura a un tiempo, pero de verdad que no puedo cambiarlo. No podéis mirar con la mismas gafas el mundo porque tenemos grados de miopía distintos, y no negaré nunca que el amor romántico, así como otras ideas preestablecidas en nuestra cultura como ideales (tener hijos, casarse), son eso, ideas cuestionables y que estaría muy bien romper, pero esto es lo que siento, soy una esclava de vuestra construcción social. Después de luchar conmigo misma y de oír en boca de los demás que "no es lo único en la vida, eres muy joven para decir eso o sentirte así", solo puedo decir que la experiencia sí, te hace darte cuenta de lo que "debería" ser mi centro de atención, como apostar por lo estable como el trabajo o aptitudes, hobbies, etc., pero tras mucho pensarlo, creo que solo se me da bien enamorarme, y que en ese u otros aspectos, voy a caer siempre igual. Mis relaciones serán unas más sanas que otras, pero en algún momento quise igual. No soy de las que creen en el amor típico, ni para toda la vida, ni soy la mejor pareja, pero gente, desde mis gafas os digo que si no os dejáis llevar alguna vez y os estrelláis contra el suelo, no habéis sentido lo mismo. Debería existir una profesión sobre esto (debería saber componer o escribir, pero me temo que sería un Alex Ubago). Y oye, hurra por los que son capaces de pasar por la vida sin sentirse tirar del estómago para abajo o para arriba en un torrente de emociones, porque estaréis mucho más estables psicológicamente.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)