Das Ende.

Nota de suicidio de Virginia Woolf a su marido:

Siento que voy a enloquecer de nuevo. Creo que no podemos pasar otra vez por una de esas épocas terribles. Y no puedo recuperarme esta vez. Comienzo a oír voces, y no puedo concentrarme. Así que hago lo que me parece lo mejor que puedo hacer. Tú me has dado la máxima felicidad posible. Has sido en todos los sentidos todo lo que cualquiera podría ser. Creo que dos personas no pueden ser más felices hasta que vino esta terrible enfermedad. No puedo luchar más. Sé que estoy arruinando tu vida, que sin mí tú podrás trabajar. Lo harás, lo sé. Ya ves que no puedo ni siquiera escribir esto adecuadamente. No puedo leer. Lo que quiero decir es que debo toda la felicidad de mi vida a ti. Has sido totalmente paciente conmigo e increíblemente bueno. Quiero decirlo —todo el mundo lo sabe. Si alguien podía haberme salvado habrías sido tú. Todo lo he perdido excepto la certeza de tu bondad. No puedo seguir arruinando tu vida durante más tiempo. No creo que dos personas pudieran ser más felices que lo que hemos sido tú y yo. V.

Papelera de reciclaje.

Te miras, y no te gusta lo que ves. No te gusta lo que haces, no te gusta cómo lo haces, y no te gusta el resultado.

No sabes cómo mejorarlo. No sabes cómo empezar. No te apetece. Un día te levantas y dices "¡Lo haré!", al siguiente día torna en ""¡Puedo hacerlo!", al siguiente "¿Cómo pude pensar en ello?" y por último "¡Ilusa!".

"Piensa en cómo quieres ser y síguelo. ¿Cómo quieres ser?"

¿Sabes de esas veces en las que estás haciendo un dibujo por 409509467ª vez y llega un momento en el que te das cuenta de que lo mejor que puedes hacer es hacer una bola con el papel o rasgarlo en mil pedazos y tirarlo a la basura? Pues eso.

Un "click" que ayer sonó en mi cabeza y me ha hecho ver todo lo que me rodea de forma distinta.

Nunca he dejado de sentir que estoy sola.

Cosas muy graves que asustan.

Hace 6 años intenté suicidarme. Lo grave es que no tenía ni la mitad de ganas que tengo de morir ahora.