Me temo que nunca volveré a la normalidad.

Las agendas como marcador del paso del tiempo.

Esta es una entrada que dios sabe cuándo la escribí, creo que fue hace más de un año y me parecía demasiado estúpida como para publicarla. A día de hoy pienso lo mismo. Lo que me impulsó a escribirla ya no está, pero lo que cuento sigue estando muy presente en mí, porque sigo guardando esos recuerdos. 

Ayer compré una agenda, la nueva agenda del curso que comienza la semana que viene. Esto quiere decir que empieza una nueva etapa, y se va acabando la horrible anterior, horrible en muchos aspectos como bien sabe aquél que me conozca.

Pues bien, cada vez que termino un curso o una etapa dura, hago limpieza profunda en mi habitación, porque es una forma de renovar mi espíritu y me es necesario para cambiar de aires y sentirme nueva. No he querido tocar los armarios ni he archivado todos los apuntes, con lo cual me queda mucho por hacer y todo aún no está en su sitio...

Limpiando el polvo de las estanterías, me he topado con dos agendas escolares pertenecientes a dos cursos de bachillerato.

En las primeras páginas, correspondientes al mes del septiembre de la primera agenda, un Viernes 5 aparece rodeado con un corazón a bolígrafo rojo y le acompañan unas palabras 1 año y 2 meses. Por curiosidad, decido investigar si ese aniversario-mes seguía cumpliéndose, y efectivamente seguía en octubre, noviembre (aquí con letra que pertenece a otra persona y un te quiero guapa), diciembre (Isita y Tavi), enero también, en febrero no hay absolutamente nada, en marzo tampoco y en abril sí pero está tachado con tippex. En el calendario pequeño que hay en la primera página están todos los corazones, siendo el último en abril, y con los siguientes tachados también con blanco. Hay algunas anotaciones como nota de examen mates: 2,4; nota de examen historia: 9,5; nota de examen derivadas: 4; nota examen inglés: 10.

La portada de esta agenda de 1º de Bachillerato está forrada con una cartulina negra y 6 fotos: una muchacha  con un chico de rasgos sudamericanos bajo la luz naranja de una farola, la misma pareja besándose en un columpio, una pegatina con los dos en un fotomatón, los mismos arreglados de estilo formal sobre un puente, un niño y el mismo chico tocando una guitarra.

En la segunda agenda la única pareja que parece haber en imágenes es una formada por dos personas muy elegantes, una de ellas con una mecha blanca en el cabello y un logo que reza Lacrimosa. Le siguen fotos de gente maquillada de forma peculiar y vestida atuendos que evocan otras épocas, un castillo imponente con un fondo azulado y lo demás son repeticiones de imágenes sangrientas y muchachas en bosques con semblante nostálgico. En el interior no hay corazones, tan solo diseños de vestidos con corset, flores, y apuntes bibliográficos como "Tatarkiewitz, Historia de las Ideas Estéticas" o "Nada, Carmen Laforet". En el calendario que muestra todos los meses hay unos días señalados, junto con "P.A.U-selectividad-" y una cara mal dibujada que intenta mostrar horror.
Hay algunos sobresalientes en historia, historia del arte y psicología, muchos notables y más de un suspenso en matemáticas.

Siempre he estructurado mis etapas de la vida conforme a cursos, me preguntó cómo será cuando no estudie, si es que eso llega a pasar.

Está escrito que no, que por mucho que nos empeñemos no es "lo que toca". Y yo intento decírtelo, intento que comprendas, que no. Y yo cada vez estoy más desengañada y siento que estoy en un lugar que no es el que me corresponde. Y tú me arrastras...y a veces se me olvida qué hombre eres, y en qué hombre te estás convirtiendo. Y también veo lo que he desatado. Sí, es culpa mía, y está empezando a no gustarme lo que estoy viendo.

No quiero ser el futuro de nadie y menos el tuyo.